Te invito a sumergirte en una experiencia única: un masaje donde la presencia, la respiración y el tacto consciente se entrelazan para que puedas reconectar contigo mismo.
Quienes me conocen se preguntarán por qué dedico una parte de mi tiempo a dar masajes, cuando paso la mayor parte del día en mi trabajo y la respuesta es simple.
Después de décadas inmersa en trabajos exigentes y sin tiempo para desconectar, descubrí, gracias a mi hermano y mi maestra, Ananda, un mundo fascinante.
Ahora, al ofrecer masajes, encuentro un tiempo para mí que se convierte en una meditación relajante y energizante.
Esta práctica ha transformado mi vida, haciendo que mi enfoque diario sea más placentero, beneficiando a mi trabajo, mi familia, a mis relaciones y, evidentemente, a mi.
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